viernes, 24 de mayo de 2013

Huele a cerezas

Cuánto juego dan las cerezas, ¿a que sí? Calientes recién cogidas del árbol al sol, mezcladas en una fuente con fresas, en mermelada, en una tarta... para jugar a que son pendientes, para decorar fruteros...¡y para estampar un bonito y cómodo cesto! Un cesto con el que salir a pasear, ya que estamos, por el Valle del Jerte en Extremadura, o por la Vall de Laguar, en Alicante, y guardar en él las cerezas que recojamos. Sería un buen uso, ¿verdad? Seguro que algo así le evocara a la dueña del capacito que os traemos hoy.


Hemos envuelto el cestito con una tela con estampación de pequeñas y dulces cerezas y como remate inferior hemos elegido una piconela verde con topitos blancos y un plisado de otoman, también verde pero en un tono diferente a la piconela. El remate superior consta de unos minimadroños verdes. Todo conjuntado y acabado con un lazo de cuadros vichy verdes. ¡Alegría para las tardes primaverales!



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