miércoles, 3 de abril de 2013

¿Qué es y por qué he creado "Mis cestos divinos"?


Una luminosa mañana de hace bien poco, cuando las fiestas de Fallas iban abriéndole la puerta a la primavera,  estaba preparándole a mi hijo la ropa vaquera y las zapatillas pascueras con las que se vestiría para celebrar las Pascuas. Al coger precisamente sus zapatillas de loneta me acordé de las mías, de las que yo llevaba esos mismos días cuando era pequeña. Nuevas, blancas. Las estrenaba siempre el Domingo de Resurrección, después de pasar un par de días pintando con acuarelas los huevos cocidos, para compartirlos con mis amigos y comérnoslos con las monas. Todavía con las zapatillas de mi hijo en la mano, sonreí al recordar que esos huevos cocidos, esa monas de Pascua, las guardaba en un capazo de esparto que mi madre y mi abuela decoraban cada año de forma diferente, y con mucho amor, y sí, también estilo, para mi. Además siempre conseguían que el capazo que estrenaba junto a las zapatillas, fuera a juego con el resto de los colores con los que me vestía ese día.
Al ser Fallas y estar muy cercano el día de San José, tenía el día libre. Así que salí a la calle a pasear y hacer unos recados, todavía con la nostalgia de aquellos capazos rondándome por la cabeza. Y ¿qué me encuentro en una tienda al girar la esquina? Pues un capacito gracioso, de esparto, sin un solo añadido ni adorno; listo para ser personalizado y convertido en algo encantado. Aquello tenía que ser una especie de señal. Así que lo compré, busqué por casa telas, borlas, puntillas, rasos, fieltro... cualquier cosa que me pudiera servir, y como si fuera de nuevo la niña dispuesta a estrenar capazo, yo misma creé uno para mí, para volver a usarlo en Pascua. Y tal y como me hicieron a mi de pequeña, conseguí que fuera a juego con la ropa que aquel día usaría.
Poco después de las Fallas ha venido la Semana Santa y las Pascuas, y he estrenado y usado mi capazo. Lo sorprendente es que... ¡le ha encantado a todo el mundo! Todos recordaban haber tenido o visto uno parecido de pequeños. Algunas amigas me han pedido capazos también para ellas, y de nuevo, les ha encantado el resultado. Así que he seguido haciendo para personas allegadas, mientras algunas de ellas me comentaban que era una gran idea, que por qué no hacer más capazos y cestos así. Y yo he decidido que por qué no compartir su encanto con muchas más personas, y abrir esta pequeña inspiración que he encontrado, a través de un blog, dispuesta a recibir encargos y hacer esos pequeños y divinos deseos realidad.

8 comentarios:

  1. Soy una de las afortunadas en lucir uno de los primeros modelo y,la verdad, estoy encantada, y segura de que...¡nadie tiene uno igual!

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  2. Son preciosos, tengo uno de su primera colección y estoy encantada, y lo mejor es que es único para mi.

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  3. Una gran idea! Preciosos la verdad ? Dónde tengo que encargar el mio ? Ya se de que tonos lo quiero para que además de combinarme encaje perfectamente conmigo. Eres una gran artista ! Creativa y con mucho glamour.

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  4. Soy una de las receptoras de la primera tanda de cestos y me encantó! Es una idea súper original y muy cómoda, detallista y bien acabado. ¡Una maravilla, enhorabuena!

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  5. Mi enhorabuena porque los detalles son muy coquetos, muy dulces y con los colores muy bien seleccionados. Vamos, estás hecha una artista, ¡sigue con ellos!

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  6. Enhorabuena Inma. Todos son preciosos y ademas exclusivos. No hay 2 iguales. Felicidades. Continua con tu proyecto

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  7. El trabajo hecho con gusto y amor, siempre es una creación original y única. Adjetivos que describen a la creadora de estos maravillosos cestos, una mujer moderna, trabajadora y emprendedora que logra hacernos soñar con cada una de sus creaciones. Y espero que siga así porque la recompensa del trabajo bien hecho es la oportunidad de hacer más trabajo bien hecho. Adelante!!!!

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